Alicia

julio 13, 2009

blog-foto-0042-alicia-mano

Si algo tenía claro a la hora de gestionar un blog es que cuando me pasara algo muy personal, y en absoluto vinculado con facetas audiovisuales / creativas / faranduleras / trotamunderas / etcétera no haría un artículo. Porque siguiendo el camino de quienes salían del aeropuerto y tropezaban con las cámaras del «Tomate», es sabido que no se debe hablar de la vida privada en los medios (incluido este blog), a no ser que paguen por ello.

Así que estuve pensando en hacer algo diferente… Un reportaje del concepto «nacimiento» desde la óptica del padre -ese discreto actor de reparto en esta película- pensando, ingenuo de mí, que tendría tiempo y ganas de hacer algo con la cámara de fotos del móvil. Y así empezaba la cosa:

Ese padre cronometrando el tiempo entre contracción y contracción, como atestigua la foto:

blog-foto-0042-alicia-contracciones

Ese padre arrancando el coche a las 4 de la madrugada y asumiendo resignado que, dado que la cabeza de la cría no asoma, no va a vivir ese añorado y espectacular momento del pañuelo en la ventanilla agitado por el viento. Y la bocina a pleno gas. Lástima:

blog-foto-0042-alicia-reloj

Ese padre en la sala de espera del hospital, antes de que le inviten a entrar en la fiesta preparto, con la única compañía de una enceradora:

blog-foto-0042-alicia-enceradora

Y a partir de ahí, pasa lo que pasa. Que uno se deja de tonterías y empiezan a ocurrir cosas. Así que tarda tres semanas en escribir algo. Y, por supuesto, se olvida del planteamiento inicial de no colgar nada tan personal. Porque, afortunadamente, no somos tan previsibles.

Alicia nació rápido el 23 de junio, muy despejada y pesó tres kilos.